Pequeñas lágrimas surcaban sus ojos, enrojeciéndolos y iluminándolos mientras que yo asustada, no hacía más que alejarme poco a poco, no la quería, no la quería más en mi vida, ni a ella ni a nadie.
- Acércate. - me dijo en un susurro- soy yo, por favor, acércate...
- No quiero volver a verte en mi vida, nunca más - dije tras una brebe pausa.
De forma súbita sonrió y me sostubo la mirada hasta que yo aparté la mía.
-No me mientas Carlota, sabes que es imposible, al igual que yo lo sé.
- No te miento, me haces demasiado daño, no quiero, no te quiero, quiero olvidarte, fuera, fuera, fuera...
- Pero Carlota, yo no te he hecho nada...- volvió a sollozar.
-Lo harás, como todos, eres igual que todas las personas a las que he conocido, lo harás, asique intento evitar que ocurra, lárgate joder, ¡FUERA!
Se tapó la cara, y aprobeché para quitarme las cuatro lágrimas que empezaban a brotar de mis ojos, era mejor asi, pensaba a la vez que apretaba los labios. Eché a correr pero aun sonaba su llanto en mi cabeza, no cesaba y cuanto más lejos estaba más retumbaba en mis sienes. Mi mascara de frialdad terminó rompiéndose y empecé a morirme por dentro poco a poco, había desterrado de mi vida al motivo que me hacía seguir respirando, pero aunque doliera ... Era mejor así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario